Cuando tu corazón ama a una persona, tu cuerpo le desea y tu cabeza no hace más que pensar en ella, es inútil luchar contra los elementos... Sólo nos queda rendirnos ante lo evidente y dejarnos llevar...
A pesar de las circunstancias, a
pesar de que lo "razonable" nos diga que quizás esté mal, a
pesar de que a veces se nos haga cuesta arriba...
Hay una
canción que dice que es mejor querer y después perder que
nunca haber querido...Yo quise y amé mucho y perdí...Y
sufrí...Y me prometí a mí misma que nunca más...Y hasta
ahora, pensaba que se podía controlar haciendo caso a la
razón y manteniendo a raya al corazón...
Y aunque volví a
querer y mucho, no volví a dejar que mi corazón sintiera ese
amor incondicional y pasional que te hace vibrar con solo oir
la voz de esa persona, que te hace temblar con el solo
imaginarte el roce de sus dedos en tu piel...
Pero estaba equivocada, en realidad no me había vuelto a enamorar porque no me había tropezado
con la persona que me hiciera sentir de esa manera sin poderlo remediar. Hasta ahora...y tengo que
darle las gracias por muchas cosas, por estar, por ser como es, por no ser como la gran mayoría, por
hacer de esto algo único...Pero sobre todo por estar en el sitio adecuado en el momento adecuado
para hacer que mi corazón vuelva a amar, por hacerme sentir a la vez tan salvaje y tan serena, por
sacar de mí lo mejor y hacer que a su lado sea mejor persona, por la tranquilidad que me da, la
seguridad y la confianza.
Porque me demuestra cada día que da igual cuales sean las circunstancias
si algo es de verdad...Porque no cambiaría ni un solo minuto de los pasados contigo por nada...Te amo
flaco...de una manera que ya no pensaba que iba a amar...
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