De vez en cuando, no me queda más remedio que ir cerrando capítulos de mi vida que por distintos motivos los tengo aparcados o simplemente que me está costando demasiado cerrar. Y algunos lo voy haciendo poco a poco
porque ni es fácil ni agradable.
De hecho, más de una vez las
lágrimas me humedecen los ojos sin quererlo yo pero sin poder
remediarlo. Y estos días estoy metida de lleno en uno de
esos cierres, o al menos debería serlo. Me está costando
demasiado hacerlo...
El capítulo M. es especial por muchas
razones. Por él, por como me llegó, por el gran descubrimiento que fué, por lo mucho que sentimos en
poquísimo tiempo y por como se fué. O mejor dicho por como no se ha ido...
Y no se ha ido, porque no
puedo cortar todas las cuerdas, por finas que sean, que me unen a él. Porque muy en mi interior, hay
algo que me dice que este capítulo no está acabado del todo, que entre las cenizas hay una pequeña
llama que lucha por no apagarse.
Pero la razón sin embargo me dice, que mantener esa pequeña
esperanza me está haciendo demasiado daño, que el ver indicios de algo en que no me haya borrado
del wat o me haya agregado al face, puede que sólo sean detalles sin la más mínima importancia.
O
quizás que él tampoco quiera cortar del todo las cuerdas pero sin más...
De todas maneras y en medio de la tristeza que supone todo esto, siempre hay una canción, una foto,
un mensaje, un perfil, un avatar, un...algo que al verlo o leerlo, me trae su recuerdo, y me arranca una
sonrisa...
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