Desde que habían estado por primera vez sentados en él viendo la luna llena, habían hecho de ese banco...su banco...
En ese banco habían pasado calor comiendo un helado y mirando la puesta de sol...
...habían pasado frío comiendo castañas y viendo como las olas golpeaban en el murete...
...habían dejado que la brisa del mar les acariciase mientras contemplaban el amanecer...
Incluso habían tenido una romántica cena a base de
bocadillos y cava observados por las estrellas...
En ese banco se habían abrazado, besado, acariciado,
tocado e incluso ella había conseguido que él perdiera
la compostura y el pudor y habían protagonizado alguna que otra escena de sexo...
En ese banco...habían disfrutado...se habían dejado llevar y habían gozado el uno del otro como dos
adolescentes...
Ese banco...ya siempre sería su banco..
Pasó el tiempo y ellos ya no estaban juntos...pero ella seguía yendo al banco cada vez que quería
estar sola...
En su banco pensaba en él con cariño...
...recordaba los momentos que habían pasado juntos...con nostalgia y cierta tristeza...
Había veces que llegaba y su banco estaba ocupado por otras personas...por desconocidos...y ella
sentía un pellizco en el estómago y un pinchazo en el corazón como si le estuvieran robando algo que
le pertenecía...
Entonces se daba la vuelta y paseaba...despacio, esperando a que le devolviesen lo
que era suyo...
En su banco, se sentaba a leer o a escuchar música mientras dejaba pasar el tiempo...las horas...los
días...
En su banco solían llenársele los ojos de lágrimas al pensar que quizás ya nunca volverían a sentarse
juntos...
Sin embargo, algo en lo más profundo de su alma le decía que siguiese yendo, porque dónde si no iría
él a buscarla si no era a su banco...?
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