He leído por ahí que una psicóloga chilena decidió hacer un estudio sobre como ser feliz en el siglo XXI después de tener una conversación con su abuela, que le decía que no entendía porque la gente hoy en día sonreía muchísimo menos que en sus tiempos, cuando entonces la vida era mucho más dura...
Y llegó a la conclusión que ahora la gente respeta mucho más un ceño fruncido que una cara sonriente. Que había observado que en las revistas económicas y de negocios, los grandes magnates muy pocas veces salían sonriendo en las fotografías.
Parece ser, que si vas a ocupar un puesto importante no te
tienen en cuenta si vas sonriendo por la vida...
Que se respeta más a un trabajador con gesto adusto y mirada arisca que a alguien que esté con semblante feliz...
Yo tengo fama de ser seca, incluso fría en general cuando no se me conoce. Supongo que depende a
quien le pregunten diría que no lo soy para nada...y como siempre llegaríamos a la conclusión de que
todo depende con quien y en que momento. Precisamente una de las cosas que me hace sonreír es
acordarme de mi padre llamándome "payasa" porque me había puesto a hacer el ganso en casa.
A lo mejor en estos tiempos la gente sonríe menos, porque no tiene a nadie a quien dedicarle esa
sonrisa...o nadie que sepa arrancársela.
Yo considero la sonrisa un bien escaso y muy preciado...por eso las mías sólo se las lleva quien las
merece, igual que mis besos o mi cariño.
Desde hace unos años uno de mis mayores placeres es arrancarle una sonrisa cada día a cierta
persona a la que le cuesta mucho sonreír. Y una de las cosas que me hace más feliz es oir como se
ríe...
Y para esa persona siempre saldrá de mis labios una sonrisa...
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